Aparecen obsesiones, que son pensamientos, imágenes y/o impulsos recurrentes que la persona no puede controlar ni ignorar a pesar de intentarlo; y compulsiones, que son las conductas de carácter repetitivo que la persona lleva a cabo para reducir la ansiedad causada por las obsesiones.
Aparición reiterada de episodios de pánico que se inician bruscamente, caracterizados por malestar y/o miedo intenso acompados de síntomas físicos (palpitaciones, sudores, sensación de ahogo, temblores, opresión en el pecho, mareos e inestabilidad, miedo a perder el control y/o morir, entumecimiento...)
Puede darse con o sin agorafobia.
Se da una evitación de situaciones sociales debida a altos niveles de ansiedad porque la persona se siente inferior, poco competente y/o inadecuada. Existe una importante preocupación por ser juzgado negativamente por los demás y a quedar en ridículo.
Puede darse ante situaciones concretas o de forma generalizada.
Creencia persistente de que uno está enfermo, a pesar de que las pruebas médicas sean contrarias a dicha creencia.
Exite una preocupación constante por el temor a estar enfermo, por lo que la persona acude a consulta médica con frecuencia.
Presta excesiva atención a los cambios corporales y a la posible aparición de síntomas, que interpreta como indicios de enfermedad.
Encontramos que la persona siente una tristeza profunda.
Se pierde el interés y la capacidad de disfrutar de aquello que le rodea, no se tiene ganas de hacer nada, ni de ver a nadie.
La persona siente que no hay esperanza y que nada va a cambiar.
Pensamientos recurrentes muy pesimistas a los que se da vueltas durante largo tiempo, a pesar del malestar que produce hacerlo.
Pueden aparecer ideas relacionadas con la muerte y/o con dañarse a uno mismo.
La persona se siente enfadada y/o agresiva con frecuencia.
Las discusiones con los demás son constantes y le cuesta dejar de estar enfadado, aún cuando el conflicto se ha terminado.
Siente que los demás están su contra, que le atacan, y que tiene que defenderse.
Temor a perder el control de uno mismo, "estallar", y dañar al otro.
Los conflictos causan deterioro en las relaciones sociales y familiares, problemas laborales...
- Trastornos del deseo sexual: bajo deseo o aversión al sexo.
- Trastornos de la excitación: en la mujer, aparecen dificultades para obtener o mantener la lubricación; en el hombre, dificultades para obtener o mantener la erección.
- Trastornos orgásmicos: en hombres y en mujeres, dificultades para alcanzar el orgasmo. En hombres, eyaculación precoz.
- Trastornos sexuales por dolor: vaginismo (aparecen espasmos en la vagina que interfieren con el coito) y dispareunia (en hombres y mujeres, dolor asociado a la relación sexual)
La persona siente que determinadas situaciones de la vida cotidiana (cambios en el trabajo, contraer matrimonio, paro, muerte de un familiar etc) son excesivas para hacerle frente con sus recursos personales, sintiéndose debordada y produciendo consecuencias negativas en su organismo. Dificultad para dormir, tensión muscular, cambios de humor, resfriados constantes,falta de concentración etc. Atender a estas señales de alarma de forma rápida puede evitar que esta situación desencadene en emociones desagradables como depresión, ira y ansiedad.
Se origina tras haber sufrido u observado un acontecimiento altamente traumático,como un accidente, catástrofe, violación, atentado..etc. Los recuerdos, las imágenes , los pensamientos ,vuelven a revivirse persisitentemente una y otra vez en contra de la voluntad de la persona, imaginándolo con todo lujo de detalles, a pesar del paso del tiempo. Generando así, un gran malestar psicológico (sueños recurrentes del acontecimiento,culpa,ira ,tristeza e incluso depresión) y acompañado de intensas reacciones de ansiedad , todo ello dificultando gravemente la cotidianidad de la persona.
El Dolor Crónico provocado por algunas enfermedades (Migrañas, Cefaleas, Artritis, Artrosis, Fibromialgia...) no tiene cura, actualmente.
Sin embargo, la terapia cognitivo-conductual se ha mostrado efectiva a la hora de proveer herramientas que mejoran el control del mismo, disminuyendo así la experiencia de dolor, la toma de medicamentos y la discapacidad resultante.
La enuresis, o incontinencia urinaria, es definida como el acto repetitivo e involuntario de orinar en la cama o en la ropa al menos dos veces por semana durante un período mínimo de tres meses.
La edad recomendada de inicio del tratamiento es a partir de los 5 años, edad en que se debería haber logrado el control vesical.
En ocasiones, nuestros pequeños muestran comportamientos problemáticos y difíciles de atajar para los padres, ya sea por situaciones dificiles (separaciones, divorcios, duelos, etc.) o por falta de estrategias útiles.
Por ello, es importante que los padres conozcamos estrategias que faciliten a nuestros hijos una adecuada socialización, respetando su creatividad, opiniones e individualidad.
Especialmente indicado para niños de entre 3 y 10 años
En España, se estima que entre el 15 y el 25% de los alumnos de primaria y secundaria presentan elevados niveles de ansiedad ante los exámenes, que repercuten negativamente en los resultados, pudiendo generar además otros síntomas como insomnio, dolor de cabeza, vómitos, disminución del autoestima, etc.
En estos casos, una adecuada gestión de la ansiedad y el estrés ante la evaluación, junto a adecuadas estrategias de estudio, optimizará el rendimiento de los estudiantes, mejorando sus resultados y disminuyendo la sintomatología asociada.