No existe un momento determinado en nuestra vida para acudir al psicólogo, ya que, ante las mismas situaciones, cada uno de nosotros reaccionamos de forma distinta.
En gran medida, la decisión de acudir al psicólogo depende de cómo nos sintamos ante diversas situaciones, si nos desbordan o nos provocan un intenso y duradero malestar emocional.
De la misma manera que buscamos a un profesional médico cuando sentimos malestar físico, será adecuado recurrir a un profesional de la psicología cuando no consigamos manejar nuestro malestar emocional y sintamos que las circunstancias nos sobrepasan.
El trabajo del psicólogo será el de acompañarnos y guiarnos en el proceso de encontrar alivio y equilibrio, ayudándonos a entrenar estrategias que nos permitan valorar y enfrentar las cosas de una forma diferente, con el objetivo de mejorar nuestras emociones y nuestra calidad de vida.
A continuación, recogemos algunas de las señales de alarma indicativas de que deberíamos buscar la ayuda de un psicólogo.
Las sesiones son un tiempo reservado únicamente para ti, donde puedes desahogarte y expresar tus sentimientos y pensamientos libremente.
Durante ese tiempo, tus necesidades son lo más importante y obtienes el apoyo incondicional del psicólogo, cuya prioridad es tu bienestar.
El psicólogo te escucha de forma objetiva, sin emitir juicios sobre lo que dices o cómo te comportas. Por el contrario, el objetivo será comprenderte, ver el mundo desde tu punto de vista, para después poder ayudarte mostrándote otras perspectivas.
Cuando nos sentimos tristes o tenemos miedo solemos intentar evitar pensar en ello o expresarlo.
Durante las sesiones, el psicólogo te servirá de apoyo para verbalizar y exponerte a aquello que temes y/o te preocupa, para comprenderte a ti mismo, para que aceptes determinadas situaciones o sentimientos... El terapeuta actúa de espejo, transmitiéndote lo que percibe a través de tus palabras, tus expresiones, tus conductas, etc., para que reflexiones sobre ello.
Puesto que no es tu amigo, el psicólogo no emitirá opiniones ni juicios o consejos sobre tus problemas. Su trabajo será proponer hipótesis explicativas de lo que podría estar ocurriendo partiendo de las teorías psicológicas y un tratamiento personalizado según tus necesidades.
En la consulta aprenderás a identificar los pensamientos que te producen malestar y a manjearlos adecuadamente, así como a gestionar tus emociones negativas. Además, se adquieren nuevas estrategias para afrontar los problemas y alzanzar tus objetivos.